MIS OBRAS

Mi nombre es Esperanza Varo y soy la autora de Enyra una historia de amor y coraje en la Andalucía prerromana.

Me gustaría explicaros el origen de esta obra y un resumen de su contenido. Hace unos años decidí profundizar en el estudio de una etapa de la historia comprendida entre los años 1.000 a.c. y 500 a.c., centrada en Andalucía; una etapa muy activa de nuestra historia.

Un día me encontraba en el cementerio de Antequera, ciudad en la que nací, que está enclavado junto al monumento megalítico de los Dólmenes y un pensamiento vino a mi mente “¿Cuántas personas habrán hecho reflexiones sobre la muerte en este mismo lugar separadas únicamente por el tiempo?

Inmediatamente después imaginé a una joven de pelo rizado, en época prerromana, que estaba sentada junto al río de la Villa y que podía ser mi antepasada, a partir de ahí, una historia surgió en mi mente, historia que con la base de mis estudios fui hilvanando hasta crear esta novela.

 Yo he leído que Vargas Llosa decía que “Un escritor no elige sus temas, los temas lo eligen a él” y efectivamente esta historia me eligió a mí.

LA NOVELA

El título de la novela es “Enyra, una historia de amor y coraje en la Andalucía Prerromana”. Creo que es un título explicativo.

Efectivamente es una historia romántica situada en Andalucía al final de la Edad del Bronce, historia en la que, a través de los personajes, se representan distintos conflictos:

-El hombre contra la naturaleza.

-El hombre frente a lo sobrenatural.

-El hombre contra el hombre.

En la historia hay muchos personajes, a través de los cuales hago un paseo por las distintas psicologías humanas, representando temas universales e intemporales: amor, destino, pasión, codicia, deslealtad, bondad…

Enyra, es la protagonista principal de la historia, el personaje alrededor del cual se mueve la acción y en el que he querido reflejar todo lo bueno del ser humano: inteligencia, entrega y preocupación por los demás, sed insaciable de conocimiento, belleza y equilibrio perfecto entre sensibilidad y razón.

En la novela intento reflejar el ambiente y la sociedad en el siglo X a.C. en pueblos de Andalucía y también en pueblos que nos visitaban, como es el caso de los fenicios, con quienes tartessos y turdetanos mantuvieron unas relaciones muy importantes.

Es una cita bíblica la que lleva a situar  mi relato en esta época; la cita se encuentra en el libro de los Reyes I 10:22 y dice así:

“Pues la flota del rey se hacía a la vela, e iba la flota de Hiram cada tres años a Tarsis a traer de allí oro y plata”

Cuando dice rey se refiere a Salomón; la cita pues, alude a una alianza entre Salomón y Hiram I de Tiro, ambos reinaron a mediados del siglo X.

Tal y como dice el historiador Jaime Alvar, Tarsis en la Biblia, siempre es una localidad mediterránea, que se ha pretendido identificar con Tartessos, pero al margen de esa hipotética identificación, las noticias sobre el Tarsis bíblico indican que los fenicios navegan por el Mediterráneo en el siglo X a.C.

Cronológicamente el relato se desarrolla al final de la Edad del Bronce.La Edad del Bronce, es un período de la historia en la que la mayor parte de la población vivía del trabajo agrícola y ganadero, pero en el que los pueblos empezaron a tomar conciencia de la existencia de un mundo más allá del suyo. Un mundo del que podían obtener bienes y productos que necesitaban, a cambio de otros que ellos poseían y de los que tenían excedentes, es decir comienza a florecer “El comercio a gran escala”

 

¿EN QUÉ ESCENARIOS SE MUEVEN LOS PERSONAJES?

La historia se desarrolla a través de distintos escenarios, mayormente, como el título indica, en tierras de la actual Andalucía. Los escenarios principales son:

• La que llamo “La Aldea Vieja”, donde se inicia la historia y que basta con ver la portada, se sitúa donde ahora está Antequera.
• Ispal, la capital del estado de Tartessos, situada en lo que actualmente es Sevilla

Tartessos es considerado como el primer estado conocido en la península ibérica.

Existe consenso en denominar cultura tartesia a la que existía en la zona de lo que actualmente sería Andalucía occidental inmediatamente antes de la llegada de fenicios y griegos.

En la época del relato, el marco geográfico de Ispal es bien distinto al actual, en el sentido de que el mar se encontraba a pocos Kms. al sur de la actual Sevilla y la ciudad estaría enclavada en un terreno pantanoso afectado por las crecidas de los ríos. Se podía acceder por barco hasta este enclave y así se convirtió para el estado de Tartessos en un centro de redistribución de mercancías, un centro comercial; ellos ofrecían principalmente metales: oro, plata, cobre, de las minas del sudoeste de Andalucía; además, hasta esta zona llegaba por vía marítima, a través de seculares circuitos comerciales, el plomo y el estaño de las Islas Británicas, de Francia y del noroeste peninsular, no debemos olvidar que nos encontramos en la Edad del Bronce y que este se obtiene como aleación de cobre y estaño. Atraídos por estas riquezas llegaron a esta zona desde el Mediterráneo oriental y siguiendo rutas muy antiguas, colonos griegos y fenicios, con los que comerciaban.

• Otro de los escenarios en los que se desarrolla la acción es Tiro, una de las principales ciudades-estado de los fenicios, situada en las costas de lo que actualmente es El Líbano.

Los fenicios eran un pueblo semita que carecía en gran medida de recursos minerales metálicos y agrícolas.

Para los fenicios la forma más sencilla de prosperar era el contacto con otros pueblos a través del comercio y no la piratería. Se distinguieron por su navegación en altura y el monopolio  de un preciado tinte llamado púrpura.

• Los asentamientos fenicios en la península

No existe acuerdo entre los estudiosos para determinar la llegada de los fenicios a la península. En mis estudios y averiguaciones he constatado fuertes contradicciones entre las fuentes históricas y las arqueológicas; así por ejemplo, hay una gran coincidencia en historiadores de distintas procedencias sobre la fundación de Gadir en torno al año 1.100 a.C.; sin embargo, los hallazgos arqueológicos existentes hasta no hace muchos años estaban fechados entre los siglos VII y VI a.C., pero con posterioridad nuevos descubrimientos arqueológicos en Cádiz han sido datados al menos en el  s IX a.C., lo que hace que las afirmaciones históricas cobren más veracidad.

Ante esta controversia, en mi ficción literaria he situado unos primitivos asentamientos fenicios tanto en Cádiz como en Málaga en el siglo X.

1. El de Cádiz es Gadir

En aquel tiempo, lo que ahora es Cádiz tenía un aspecto bien distinto, no tenía unión con tierra firme, sino que existían tres islotes cercanos a la costa. Los fenicios se asentaron en dos de los tres islotes, estratégicamente situados frente al estuario del río Guadalete y de cara al bajo Guadalquivir y las ricas serranías de Huelva.

Gadir fue una de las cabeceras de las rutas mineras que centralizaban la transformación y el transporte del mineral tartesio hacia el Mediterráneo.

También se realizaba intercambio de cereales, sal, pieles, esclavos, vino, aceite, etc.

1. El de Málaga, lo he situado en la desembocadura del Guadalhorce y le he dado el nombre de Malaka, nombre con el que históricamente se conoce al asentamiento fenicio en esta zona, si bien es cierto que los restos arqueológicos más antiguos encontrados hasta ahora en este lugar, llamado Cerro del Villar, están datados en el siglo VIII a.C. Allí se ha constatado un hábitat fenicio de gran importancia, el cual se abandonó entorno a los años 580-550 a.C., parece que a consecuencia de una violenta  inundación.