EL MITO DE GÁRGORIS Y HABIS Y FRAGMENTO DE MI NOVELA ENYRA.

Hace unos días compartí con vosotros una entrada en la que os hablaba de Tartessos. Hoy  quiero presentaros uno de los mitos  que envuelve a esta misteriosa civilización. Se trata del mito de” Gárgoris y Habis” que recogió Marco Juniano Justino, en el s. III d.C.

GÁRGORIS Y HABIS

Gargoris

«El bosque de los Tartesios, donde se dice que los Titanes hicieron guerra a los Dioses, fue habitado por los Cunetes, cuyo antiquísimo rey Gárgoris fue el primero que inventó el uso de la miel. Avergonzado de la deshonra de su hija, que le había dado un nieto ilegítimo, procuró acabar con él, buscando diversos géneros de muerte, pero de todos aquellos peligros le salvó la fortuna, abriéndole el camino del reino. Primero hizo su abuelo exponerle para que le devorasen las fieras, pero ellas le criaron con su leche. Después, mandó ponerle en un sendero estrecho por donde acostumbraban pasar los ganados; ¡extraño género de crueldad preferir que le pisoteasen los brutos más bien para darle sencilla muerte! Salió también ileso de aquel peligro, y Gárgoris ordenó que le entregasen a perros exacerbados por largo ayuno, y luego a los cerdos. Pero ninguno de estos animales le causó daño, antes bien, algunos le alimentaron a sus pechos. Finalmente, dispuso que le arrojasen al océano. Pero entonces se mostró claramente el favor divino, pues las furiosas olas le depositaron mansamente en la playa. Poco después apareció una cierva, que presentó sus ubres al pequeñuelo. Los efectos de tal crianza se conocieron luego, puesto que adquirió el niño tal ligereza de pies y agilidad, que competía en la carrera por montes y selvas con los ciervos mismos. Por último, fue cogido en un lazo y presentado al rey, que por la semejanza de sus facciones y por ciertas señales que había impresas en el cuerpo del infante, le reconoció por su nieto, y admirado de los extraños casos y riesgos de que había salido incólume, le designó por heredero de su reino, poniéndole el nombre de Habidis. Cuando llegó al trono, fue tan gran rey, que bien se vio que no en vano había velado por él en tantas ocasiones la protección divina. Dio leyes a su pueblo antes bárbaro. Les enseñó a uncir los bueyes al arado y a lanzar al surco la semilla de trigo, abandonando el agreste alimento que hasta entonces le había nutrido. Fabulosa parecería esta historia (prosigue Justino) si no supiéramos que los fundadores de Roma fueron criados por una loba, y Ciro, rey de los persas, por una perra. También fueron prohibidos por él al pueblo los trabajos serviles y la plebe fue distribuida en siete ciudades. Muerto Habis, el reino fue conservado por muchos siglos por sus sucesores.»

Estos elementos poco realistas del texto han obligado a los intérpretes a no ceñirse a la literalidad de los mismos, sino a considerar el pasaje como una alusión, signo o recuerdo fabuloso de sucesos, procesos históricos o creencias. El carácter legendario y fabuloso de lo que se nos cuenta, el hecho de que no se pueda apoyar o matizar el texto o parte de él en otros que nos hablaran de lo mismo, ha provocado un número de interpretaciones dispares muy elevado.

 Esta leyenda es un relato épico, sumamente parecido a la historia fabulosa de la infancia de Ciro, tal como la cuenta Herodoto,  la de Rómulo y Remo, narrada por Tito Livio, Moises, Sargón de Akkad, Císelo de Corinto o Teseo héroe ateniense . Se trata de un recurso muy antiguo que se aplica por primera vez a Sargón de Akkad (en la segunda mitad del III milenio). Esa un tipo de leyenda que tuvo un gran éxito, difundiéndose primero en el Próximo Oriente; después la tomaron los griegos y por último lo hicieron los romanos.

Las preguntas que, aunque con ciertas incertidumbres, se pueden responder para Roma, quedan sin contestación en el caso de Tartessos, pues carece del soporte historiográfica, literario y arqueológico que se tiene para Roma

Características de  este tipo de leyendas:

-Son personajes que realmente existieron, constatados por otros documentos, con cronologías suficientemente precisas  y contextos históricos relativamente bien determinados.

-Se trata de un tipo de leyenda que se introduce en los orígenes de los personajes, a los que se les atribuyen importantes tareas innovadora, sean éstas de adquisición o consolidación de poder, de organización del mismo o de alteración del preexistente. Son por lo general personajes de orígenes dudosos, con antepasados paternos desconocidos o poco nobles, sin una genealogía, sin un poder de la sangre que de por sí justificara la gran tarea acometida con éxito.

¿QUÉ REPRESENTA ESTE MITO?

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Según J. Caro Baroja, este mito representa una fase recolectora, otra pastoril y una última agrícola con arado y consideró a Gárgoris y Habis como un mito de paso de una cultura primitiva a otra superior, que situó en un contexto del final de la Edad del Bronce. Estos mitos explicarían, a través de un rey mítico, el origen divino de la monarquía. Por otro lado, el empleo del arado, la junta de bueyes y el cultivo, nos hablarían de una “revolución agrícola”, asociada al establecimiento de leyes y la organización de la sociedad urbana.

FRAGMENTO DE LA NOVELA ENYRA, UNA HISTORIA DE AMOR Y CORAJE EN LA ANDALUCÍA PRERROMANA.

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En mi anterior entrada hablé también de la “copelación”

El registro arqueológico parece apuntar que la plata tartésica fue obtenida por copelación. Una técnica de extracción de la plata aportada por los fenicios; ya que la plata no existe apena en estado puro, sino que suele estar asociado con otros elementos como el azufre o plomo. Para su obtención se agrega plomo al oro o la plata sin refinar. A continuación se pone la mezcla a altas temperatura hasta que se disuelve el mineral con el plomo.

Fragmento de Enyra

«Tibaste y Tarbuntu se unieron a la gran red de intercambio y transporte de mercancías que se producía de manera constante en Ispal. Tarbuntu realizaba de forma incesante el traslado desde el río Rojo, donde se encontraban los hornos, hasta Ispal, donde se embarcaban hacía los distintos destinos, a través del mar o con otros carros que los trasladarían por tierra. Cuando llegó al poblado del río Rojo, se quedó asombrado con el bullir de gente que había, toda exclusivamente dedicada a la extracción y fundición del metal. Tarbuntu, nunca se había preguntado cómo se obtenía ese metal que tanto usaban y quedó admirado cuando vio que otros carros traían piedras desde las minas, que más tarde serían convertidas en hoces, espadas, pendientes y diademas. Mientras le estaban llenando el carro con lingotes de plata, empezó a pasear por la aldea. El ambiente en ella estaba muy cargado y un olor particular se percibía en el aire. Los que convivían con él cada día, no lo notaban, pero Tarbuntu lo identificó enseguida. Las casas estaban cubiertas con un polvillo muy fino que a Tarbuntu le hacía toser. Cuando llegó a su carro, el hombre que lo estaba llenando se dirigió a él. Era una persona amable para la que las relaciones con otros eran importantes.

—¿Eres nuevo por aquí? —Le preguntó el hombre.

—Sí —le contestó Tarbuntu.

—Pero tú no eres de Ispal. siguió preguntando curioso.

—No, yo soy de la Aldea Vieja, pero me han capturado y ahora tengo que trabajar para tu rey —contestó Tarbuntu, al que la forma de pronuncias de aquel hombre le resultaba curiosa, pues hablaba su idioma pero con un acento muy diferente.

—Pues has tenido suerte —le decía el hombre con un deje que le hacía sonreír a Tarbuntu.

—He observado cómo llega el bronce, el oro y la plata, ¡es increíble! —le dijo Tarbuntu. —Ven, te lo mostraré —le dijo—. El bronce no llega tal cual. A nosotros nos llega el cobre, que tendremos que mezclar con estaño en una proporción de nueve partes de cobre por una de estaño, meterlo en el horno hasta fundirlo, verterlo en los moldes y así, cuando se enfría, ya está hecho el lingote. La plata tampoco se encuentra casi nunca en estado puro. Ven, la estoy elaborando en este momento en el horno de mi casa. Tarbuntu entró en la casa del hombre que amablemente le estaba explicando el proceso. La vivienda tenía en el centro unos hoyos abiertos en el suelo, cuyas paredes estaban revocadas de arcilla.

—La plata viene con otros minerales y para separarla hay que añadirle plomo, machacarlos, meter la mezcla en el horno y aplicarle calor hasta que se fundan todos los minerales. Cuando se enfrían, el plomo se queda pegado en las paredes del cuenco que estaba en el horno y el resto de minerales se quedan en el fondo. Una vez separados…

—¿Y para qué se usa el plomo? —interrumpió Tarbuntu.

—El plomo captura el oro y la plata y los separa del resto de los minerales, de esa forma cuando se enfrían todos estarán separados. Tarbuntu, asombrado, le dijo al hombre:

—Debes ser muy listo para haber ideado todo esto.

—Ja, ja, ja —rio sonoramente el hombre—. Yo no he ideado nada, mi padre me lo enseñó a mí y a él lo adiestró mi abuelo. Pero me gusta que me veas listo.

—Bueno tu carro ya está lleno, nos veremos en pocos días.

—Sí, y muchas gracias por tus explicaciones —le dijo sonriendo Tarbuntu mientras iniciaba el camino de vuelta.

 

Espero que esta entrada os haya gustado. Mi intención es conseguir que nos sintamos como parte de nuestra historia y entendamos que le ha ocurrido a nuestros antepasados.

El próximo día os hablaré de «La caida del feudalismo»

7 comentarios en “EL MITO DE GÁRGORIS Y HABIS Y FRAGMENTO DE MI NOVELA ENYRA.

  1. Me he permitido añadir tu entrada a los temas que trataremos en nuestra tertulia radiofónica del próximo martes, 30. Citaré como no podría ser de otro modo, su procedencia, y te aseguro resultará de interés, ya que esa leyenda lo despertó cuando hace ya tiempo lo tratamos en una de nuestras tertulias de café.
    Gracias Esperanza.

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